Danza de nombres
La posible, pero aún lejana salida de Sampaoli de su cargo, puso en escena nuevos nombres que empiezan a aparecer. ¿Quiénes sí, quienes no? Las reales chances que tienen todos los posibles entrenadores.
(POR LUCIANO OLIVERO, desde Moscú)
Viste como somos los argentinos. Todavía no cerramos un capítulo, ni mucho menos solucionamos un problema, que ya pensamos en una inmediata maniobra que nos permita, sin esperar mucho, tirar la basura debajo de la alfombra. Viste que como somos, somos así. Lamentablemente.
Lejos de hacernos cargo de los errores, evaluar y solucionar desde el fondo de la cuestión, patear para adelante, maquillar y seguir a puros "parches", parece ser la cuestión. En Lima, durante una conferencia de prensa, Ricardo Gareca se consideró "un hombre libre" y tomó como "un gran halago" que se lo mencione como candidato a dirigir a la selección argentina, aunque también sostuvo que si llega a comprometerse otra vez con la peruana, volverá a cumplir un ciclo de cuatro años, porque acostumbra a respetar los contratos que firma.
El "Tigre", es pretendido por la Federación Peruana para seguir su trabajo al que se lo respeta mucho, pero al mismo tiempo, ya se habla de un interés por parte de la AFA, en el caso de que se pueda desvincular Jorge Sampaoli, y hasta de la Federación Colombia, dado que su actual entrenador, el también argentino José Pekerman, podría abandonar su cargo tras un largo ciclo en sus manos.
Consultado Pekerman en conferencia de prensa tras la derrota de su seleccionado ante Inglaterra por penales por los octavos de final, el "profe" respondió que ahora "es sólo momento de hablar del partido", dejando su decisión para más adelante.
"Yo no soy alguien que da a conocer decisiones tan fuertes en situaciones como éstas", dijo Pekerman en el estadio de Spartak tras la eliminación colombiana y ante la presencia de LA VOZ DE SAN JUSTO y AM 1050; sin embargo, en el Mundial de Alemania 2006, tras la derrota por penales de la Argentina ante los locales, informó que no continuaría en su puesto inmediatamente y fue en aquel entonces, reemplazado por Alfio Basile.
Aunque se lo menciona menos que a Gareca, Pekerman podría recalar en la Selección Argentina por el muy buen recuerdo que dejó el juego del equipo y en especial, por su trabajo en juveniles, en tiempos en los que la Argentina ganó los Mundiales sub-20 de 1995, 1997, 2001, 2005 y 2007.
Gareca, por su parte, es ídolo en Colombia, donde fue por años jugador de América de Cali que llegó a tres finales seguidas de Copa Libertadores entre 1985 y 1987, aunque no pudo ganarla.
A su vez, en la Federación Colombia se menciona la posibilidad de que se haga cargo de la selección, el actual entrenador de México, el también colombiano Juan Carlos Osorio, en tanto que Matías Almeyda (que ganó cinco títulos en tres años y medio en las Chivas de Guadalajara) podría recalar en la "Tricolor" mexicana. Que ensalada, difícil de entender, pero de absoluta realidad.
Claro que toda esta danza de directores técnicos de selecciones nacionales podría detenerse, en el caso argentino, si la AFA no consigue destrabar el asunto del cierre del contrato con el actual entrenador, Jorge Sampaoli, a quien no quiere pero parece estar blindado porque de indemnizarlo ahora mismo, habría que pagarle cerca de 20 millones de dólares y el DT se mantiene firme en que quiere quedarse a cumplir un nuevo ciclo.
Cuando todo este circo llegue a Buenos Aires, habrá más novedades en esta relación desgastante entre Claudio Tapia, el presidente de la AFA, y Sampaoli, quien pese a la falta de sostén popular e institucional, resiste hasta donde puede.
La danza de entrenadores ya comenzó y los medios hacen su show. Los de siempre, Simeone, Pochettino, Gallardo, Gareca, Pekerman y algunos más. Insólitamente sonó Kudelka y hasta el "Turco" Mohamed. El "Diego", para no quedarse lejos, se ofreció nuevamente, pero está vez "gratis".
Show, show y más show. El de siempre, en boca de los mismos de siempre. Sea cual sea el nombre, la Selección necesita urgente seriedad y espero que algunos de ellos, pueda llegar a eso, a pesar de nuestros impresentables dirigentes de todos los días.