Al centralismo porteño, ni la pandemia lo conmovió
Ni siquiera una emergencia sanitaria que repercute sin precedentes en la economía de los clubes pudo nivelar las aguas para las instituciones del interior. No importa quién esté al frente de la AFA, sus decisiones siguen perjudicando a los equipos de tierra adentro.
"Dios está en todas partes pero
atiende en Buenos Aires", la frase, tan añeja como actual, describe a la
perfección lo que sucede en el fútbol argentino: en el ascenso, no importa
quien presida a la AFA, siempre hay una región beneficiada, la metropolitana, y
otra, el interior, mucho más importante territorialmente, históricamente
perjudicada.
Las trabas deportivas que, a lo largo de la historia, el ente regulador del fútbol en nuestro país le puso a los clubes del interior, tiene además otro condimento indignante: el económico.
Años tras año, la distribución del dinero de televisación entre los clubes de las diferentes categorías del ascenso se destaca por su inequidad. Es común observar que los equipos de la B Metropolitana perciben el triple de ingresos que los del Federal, la división que lo equipara pero compuesta por conjuntos del interior, entre ellos Sportivo Belgrano.
Para exponer las palabras antes mencionadas, basta con ir a los números. De los 74 millones de pesos que ingresaron a las arcas de la AFA, un millón irá a cada club de la Superliga (24) y de la Primera Nacional -primera división del ascenso- (30). Es decir, allí se destinaron 54 millones, casi el 73% del total.
Del restante 27%, $500.000 irá para cada club de la B Metropolitana (18), $200.000 a los de la Primera C (19), $190.000 a los del Federal A (30) y $100.000 a los de la Primera D (15).
Es decir, pese a que la B Metropolitana y el Federal A conforman la tercera división del fútbol argentino, la distribución del dinero será completamente despareja. Del total del dinero que AFA girará a los clubes, el 12% irá a los de la B Metropolitana y el 7,7% a los del Federal A.
Pero, además, hay que tener en cuenta entre cuántos clubes se repartirá ese dinero. Los 9 millones destinados a la B Metro, se distribuirán entre 18 clubes mientras que los 5,7 millones del Federal irán a parar, en partes iguales, a 30 instituciones.
¿Acaso las necesidades de los clubes porteños son mayores o más importantes que la de los conjuntos del interior?.
Siguiendo con los datos, de los 20 millones que dejan los clubes de Superliga y Primera Nacional para las demás categorías de ascenso: el 45% -casi la mitad- va a los de la B Metropolitana y el 28,5% a los del Federal A.
Una variable de análisis que no puede quedar fuera de esta discusión, para sumarle además más inequidad, es la cantidad de kilómetros -y por ende gastos- que tienen las instituciones de uno y otro torneo.
Por ejemplo, para visitar a Crucero del Norte de Misiones, Sportivo Belgrano debió recorrer -ida y vuelta- un total de 1.826 kilómetros, además de emprender el viaje con dos días de anticipación para que sus futbolistas tengan un buen descanso. Solo en esa excursión, las arcas de la "verde" debieron desembolsar $198.000, de viaje, estadía y comida. Sí, esa cifra es menor a la que percibirá por la ayuda de la AFA.
Antes del parate por la pandemia de coronavirus, Sportivo Belgrano llevaba recorridos 12.153 kilómetros. Lo cual le representó a la institución una erogación económica de alrededor de $850.000. Y, por delante, quedan viajes a Villa Ramallo, Gualeguaychú y Formosa.
Tomando como referencia a los 18 clubes que forman parte de la B Metropolitana, que además triplican en ingresos televisivos a los del Federal A, ninguno de ellos debe recorrer más de 105 kilómetros de ida para jugar en condición de visitante.
Tomando -para ejemplificar- al Club Los Andes, de Lomas de Zamora, en caso de completarse la temporada de la B Metropolitana, habrá recorrido un total de 1.218 kilómetros en 17 partidos jugados en condición de visitante. Una de sus visitas, para enfrentar a Talleres de Remedios de Escalada, le significa un recorrido de 12 kilómetros.
Es decir, la "verde", solo en un viaje de ida y vuelta a Resistencia, Chaco, recorrió más de 1.300, superando el kilometraje de Los Andes en toda la temporada.
Los números sacan a la luz una vieja disparidad, no importa quién sea la cabeza en AFA (pasó Julio Humberto Grondona, Luis Segura, Armando Pérez -dirigente del interior- y ahora Claudio "Chiqui" Tapia), el interior parece condenado a tomar las migajas del fútbol bonaerense.
No hay caso, ni siquiera una pandemia mundial hizo recapacitar a los "dirigentes" de la Asociación del Fútbol Argentino que toman las decisiones y suelen jactarse de una apertura al fútbol federal. Su hipocresía no tiene tapujos. El centralismo porteño, lo hizo nuevamente.