Apasionado por la enseñanza
Jorge Milajer está cumpliendo 40 años en la docencia de la disciplina. El veterano instructor disfruta de su pasión en La Fábrica Club.
Tiene amor por la docencia. Una vocación a flor de piel que ya lleva cuatro décadas dedicada a la enseñanza del tenis. Una extensa trayectoria que lejos de desgastarlo lo mantiene enérgico y vital, como para seguir disfrutando a pleno de un rol que comenzó a desarrollar allá por el año 1977.
Por eso causa admiración verlo en acción frente a sus alumnos, chicos y grandes, con la directiva precisa, acompañada a veces de la broma acertada, siempre en un ámbito de disciplina y educación como seguros pilares para la mejor formación.
Jorge Milajer destina diariamente largas horas a su tarea en La Fábrica Club, acompañado de su colega Javier Bianchi, con el que hace 20 años vienen marchando juntos a la par.
El popular "Negro" en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO se mostró satisfecho con el año deportivo desarrollado por su escuela y fundamentalmente feliz de poder seguir desempeñando a sus 64 años de edad de manera impecable su condición de "profe".
-¿Qué evaluación hace del año que termina?
-Realmente fue un muy buen año lleno de actividad, con el apoyo incondicional de los chicos que vienen a tomar sus clases, la sorpresa es que vienen cada vez más chiquitos y en buena cantidad, lo que quiere decir que el tenis después de 2 a 3 años de un parate,volvió a surgir.
Los chicos volvieron a competir, el año pasado se organizó la Liga del Centro, la cual nuclea a los clubes de la ciudad y de localidades como Las Varillas, Saturnino María Laspiur, La Francia, Devoto.
Eso fue un aliciente, una inyección anímica que los motivó más y la cual nos obliga a nosotros como escuela de tenis a trabajar seriamente, con responsabilidad para que el chico pueda divertirse y competir sanamente.
-Se trató de un acierto la creación de Liga para fomentar el tenis recreativo...
-La verdad que sí, tuvimos un gran resultado, algunos profesores de la zona se involucraron en esta idea y de a poco le estamos dando una muy buena forma. Los chicos se sientieron muy motivados en el solo hecho de viajar y encontrarse con otros pares lo que le cambió la cara, es que veníamos unos ocho años jugando solo a nivel local prácticamente.
-¿Qué cantidad de chicos cuentan?
- En la Escuelita que abarca chicos de 5 a 12 años, tenemos aproximadamente un número 70 alumnos que entrenan de lunes a viernes en turnos de mañana y tarde. También tenemos la suerte de que el adulto se acopló tanto en varones como mujeres, contando con 45 personas.
-¿Se le facilitan elementos a los que se inician en la actividad?
-Debemos destacar que nuestra prioridad es que el chico aprenda, a veces los padres que anotan a sus hijos preguntan que necesitan y nosotros les respodemos: ganas, el resto lo ponemos nosotros. Les prestamos la raqueta, pelotas, canchas.
Hoy es un poco más fácil empezar este deporte que siempre se consideró como muy caro o para un grupo elite de gente y no es así. En San Francisco se puede hacer este deporte porque la cuota es accesible.
-¿Además del aprendizaje del deporte se pone énfasis en la formación de la persona?
-La formación como persona está por delante de todo. Para poder enseñar tenemos que tener como base el orden, respeto y educación. Siempre nos caracterizamos por la seriedad de nuestro trabajo y de los chicos.
-En esta tarea de docente no estás solo...
-Con Javier Bianchi somos los responsables de la escuela de tenis, hace cerca de 20 años que trabajamos juntos, nos entendemos muy bien. Le ponemos mucho entusiasmo, nos gusta enseñar y por eso tenemos buenos resultados.
-¿En verano sigue la actividad?
-Tenemos un slogan que dice "La Fábrica Club no se toma vacaciones". Durante el período de verano seguimos con las clases de tenis, prácticamente se hace el turno de mañana para que los chicos por la tarde puedan disfrutar de la pileta.
-¿Estás cumpliendo 40 años enseñando la disciplina?
-Estoy cumpliendo 40 años en la enseñanza del tenis, comencé en 1977 por una inquietud de un grupo de gente de la exFábrica Militar que me propuso la idea de dictar clases y como me gusta enseñar le dije que sí. Y bueno, gracias a Dios sigo viniendo con el mismo entusiasmo a enseñar.
Por ahí no puedo creer que pasó tanto tiempo en el cual hice muchas amistades, hay exalumnos que después con los años me traen a sus hijos, lo que me llena de una enorme satisfacción.
-¿El tenis es tu pasión?
-Lo mío es pasión por enseñar, desde el primer momento me sentí un instructor de tenis y lo será hasta donde pueda. El tenis me dio prácticamente todo, por eso soy un agradecido de los chicos, de los padres, de la institución que me dio la oportunidad. Realmente es mi vida, esto no es un trabajo para mí, sino que es el oxígeno que respiro todos los días. Te repito, me gusta enseñar.
-¿Es una tarea full time?
-Arranco con Javier a las 9 de la mañana, hacemos un paréntesis de 11 a 12 y luego reanudamos hasta la noche en forma diaria, luego el fin de semana acompañamos a los chicos a los torneos u organizamos una competencia interna, así que no hay descanso.
Realmente es algo que nos gusta hacer y lógicamente tenes que estar apoyado por la familia porque a veces dejas muchas cosas de lado.
Tengo 64 y a esto lo disfruto como el primer día, vengo siempre con las mismas ganas y pasión, me enojo sanamente y los chicos siempre se van a acordar de mí porque a veces les digo a "pelotear contra la pared" porque se portaron mal. Pero siempre estoy con las mismas ganas, tratando de que el chico se sienta bien y que aprenda. Si se logra ese objetivo estoy feliz.
En la cancha de polvo de ladrillo los canastos llenos de pelotitas pronto se vaciarán, es que una larga fila de chicos con raqueta en mano van dando sus primeros golpes frente a la red mientras reciben las indicaciones de Javier ese incondicional compañero del popular "Negro" que también corrige y hace repetir los movimientos, orgulloso y emocionado de poder seguir transmitiendo su sapiencia a una nueva generación de tenistas. Todo un "Decano" en la docencia del tenis, en rigor de verdad, un apasionado por la enseñanza.