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En la noche de ayer, San Isidro jugó en Chaco y cayó ante Villa San Martín 80 a 70, en lo que fue la décimo tercera derrota consecutiva de visitante. Mañana vuelve a jugar en tierras chaqueñas.
San Isidro volvió a perder en una incursión fuera de casa. Esta vez el rival fue Villa San Martín de Chaco, quien lo venció sin atenuantes, 80 a 70, por una nueva fecha de Conferencia Norte de la Liga Argentina de Básquet.
Esta fue la décimo tercera caída consecutiva de visitante en lo que va de la temporada y ya parece haberse vuelto una costumbre, porque el equipo no entrega demasiadas respuestas como para pensar en un cambio.
Mañana volverá a jugar en Chaco, en este caso ante Hindú, el elenco que manda en las posiciones del grupo, por lo que deberá dar un giro demasiado drástico como para pensar en un triunfo.
En el juego de anoche, a diferencia de algunos en "la ruta", directamente no pudo nunca entrar en juego. Desde el primer minuto se vio superado por su rival. Más allá de que estuvo adelante en el marcador cuando se jugaban tan solo 3 minutos, a partir de allí los chaqueños tomaron la delantera y sin hacer grandes cosas, maniataron a los de Pagura que no fueron capaces de dar soluciones, tanto adentro como afuera de la cancha.
Es difícil analizar a un equipo que parece entregado cuando no le salen las cosas. Un tiro errado para San Isidro se convierte en desgano para los jugadores, que no vuelven rápido a la marca y le dan opciones claras al rival de turno.
Anoche, a Villa San Martín solo le bastaba con animarse a penetrar y en más de una ocasión los conducidos por Castro quedaron solos debajo del aro, para tomar tiros demasiado cómodos.
Para el final de la primera mitad, los chaqueños dominaban las acciones y el resultado, yéndose a los vestuarios ganando 42 a 28.
Un buen comienzo de tercer cuarto, con un parcial de 9 a 2, achicó la diferencia e hizo pensar en una remontada para San Isidro. En ese segmento, fue importante el aporte del extranjero Makal Stibbins con puntos consecutivos.
Pero todo se diluyó muy rápido. Castro pidió minuto, frenó el andar del "santo" y cuando regresaron al rectángulo de juego San Isidro volvió a ser el equipo que juega de visitante.
Se quedó sin goleo y además no tuvo actitud para marcar. Solo fue cuestión de ver pasar los segundos. El reloj se consumía y nada más quedaba esperar la diferencia final.
Mañana por la noche San Isidro volverá a jugar en Chaco. Hindú, el mejor de la Conferencia Norte lo espera y parece ser un escollo demasiado duro como para pensar en el milagro. Aunque, los milagros a veces existen y la racha puede cambiar.