Moscú, hogar dulce hogar
No fue fácil, pero lo conseguimos. Apartamento y salida de compras. Metro y estadio. Caminar y observar. Un primer día agitado, lleno de recomendaciones importantes para poder adaptarnos con rapidez.
Por Luciano Olivero
Moscú me recibió en la noche del domingo. Casi en madrugada. Tras tomar un taxi para llegar a la dirección de nuestro apartamento, lo primero que me sorprendió fue lo imponente que es Moscú, en todos los sentidos. Una de las mayores urbes del mundo, muestra mucho color y mucha tecnología. Carteles gigantes luminosos, mucha publicidad, mucha luz, mucho alboroto y tráfico, es que los fanáticos del mundo entero, están arribando y lo hacen en gran cantidad.
Pensé que el recorrido desde el aeropuerto hasta el apartamento, serían mis últimos 30 minutos de calvario, pero no. Serget, el inquilino intermediario, junto a su mujer Alona, me aguardaban para darme la bienvenida en la dirección indicada, pero esto no pudo ser. Al bajarme y saludar (Los rusos ven con malos ojos el beso en la mejilla), Serget metió su mano en el bolsillo y realizó una exclamación preocupante. Había perdido la llave de nuestro hogar y para colmo de males, el propietario, estaba de viaje. Mal comienzo, imaginen mi cara.
Serget habla español, su mujer Alona, ruso, solo ruso. Hablaron entre ellos un par de minutos y luego él me dijo: "Vendrás a dormir a mi casa, dormirás en la cama de mi hijo". Increíble.
Allá fuimos. Baño, cena y a descansar. Algo me pareció raro cuando apague la luz de la habitación, había claridad. Eran las 3 de la mañana y ya comenzaba a amanecer, increíble.
Tras dormir solo algunas horas, partimos a nuestro apartamento y ahora sí. La llave llegó junto a sus dueños y nosotros nos instalamos.
Las cosas nunca salen como uno quiere cuando se cruza el mundo. De todos modos, más allá de nuestro arranque complicado y con ocasiones accidentales, todo ya está enmarcado en la normalidad. Hogar dulce hogar y acreditación en mano, nuestro diario de viaje comenzará a partir de ahora, a contar día por día, paso por paso y cada cosa extraña que nos pase, en el país más grande del mundo.