Pasión por los bolos
El sanfrancisqueño Sergio Barbero brindó detalles de este deporte de salón y anheló poder llevar la práctica a los clubes.
Proviene de una familia bochófila, de hecho supo de logros en esa disciplina siendo infantil, aunque luego en su adolescencia ya no tuvo la constancia necesaria para continuar y se pasó al bowling por aquella similitud de seguir compitiendo con una bocha en sus manos.
Deporte de salón que lo cautivó y que en la actualidad sigue desarrollando junto a un grupo de amigos con quienes participan en diferentes certámenes recorriendo largas distancias en razón de que en nuestra ciudad y la región es nula la competencia.
En ese contexto, el sanfrancisqueño Sergio Barbero, mantuvo un ameno diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, donde se refirió la actividad que lo apasiona y en la que ya ha cosechado importantes lauros a nivel nacional.
El "bolichero" así también dijo que su intención es poder llevar la práctica a algún club que proporcione el espacio físico, lo que se tradujo en un anhelado proyecto deportivo.
l Ilustración. "La dimensión de las pistas es de 25 metros, lo que cambia es el tamaño del palo que se golpea y el tamaño de la bocha que se arroja. Los palos chicos se juega con tres bochas de un diámetro de 130 milímetros y 1,600kg. de peso, son diez tiros para derribar los diez palos y vas sumando puntaje.
En cambio el palo alto tiene unos 40cm. de alto y se juega con bolas que son importadas de Estados Unidos que tiene 26 centímetros de diámetro, hay infinidad pero varía el peso y el núcleo.
La bola tiene dentro un núcleo reactivo, que es una pieza compuesta con materiales nuevos con distinta forma y peso. Eso hace que cuando la arrojas gire de una forma y agarre el efecto deseado. Hay diferentes pesos de 3,500kg. para los niños y las que usamos para competir tienen un peso de hasta 7,200kg.
l Sus comienzos. "Las categorías están separadas, están los que juegan con palos largos y otros con los cortos. Nosotros somos un caso raro porque jugamos en las dos. Empezamos jugando con los cortos en el local que se llamaba Manhattan Bowling que tenía seis pistas por Bv. 25 de Mayo donde ahora hay una iglesia evangélica. Eso duró del 2000 al 2008, y es donde empecé a jugar. En ese entonces hasta creamos una Federación del Este Cordobés para ir dos veces a un Argentino aunque yo no participé".
l Con club. "Posteriormente la desaparecida Mutual Sol Naciente supo colocar seis pistas automáticas, entonces nos abocamos a los palos grandes, yendo dos a tres veces para practicar. Luego empezamos a averiguar si había práctica de esta especialidad y surgió un club de Santa Fe que se llama el Clásico que está federado a la Asociación Argentina de Bowling y nos afiliamos al mismo".
"Dicho club pertenece a la Federación del Litoral que incluye Santa Fe, Paraná y Venado Tuerto, en esta ciudad se juega mucho porque hay una bolera que tiene pistas profesionales".
l En el podio. "Con Fernando Dell' Avanzatto fuimos durante dos años seguidos todos los lunes a Santa Fe buscando clasificar y poder integrar un equipo para el Torneo Argentino.
"Lo logramos en el 2017 cuando Fernando disputó el Argentino en Venado Tuerto siendo tercero en individual y en pareja. Mientras que en el 2018 clasifiqué y el Argentino se hizo en Río Gallegos, donde fui medalla de bronce en individual y en cuarteto. Realmente fuimos muy felices por todo el sacrificio que hicimos para quedar en el equipo de la Federación".
l Escaso ensayo. "Con mi club juego en palos grandes y también de manera independiente en torneos de palos chicos porque no tenemos Asociación. La verdad que vamos en desventaja porque no tenemos un lugar donde entrenar de manera seguida. Igual en Josefina hay dos canchas muy caseras a las que alquilamos algunas veces y nos llevamos los palos chicos para movernos un poco en la pedana y ejercitar la puntería".
l Sanfrancisqueños. "Los que estamos saliendo a jugar en palos chicos son Fernando Dell'Avanzatto, Raúl Marchisio, René Casia y yo. En un par de oportunidades nos acompañó Raúl Theiler y Rodolfo Sosa que en épocas anteriores era muy buen jugador, luego abandonó la actividad y la retomó con nosotros. En realidad somos seis personas que estamos en la práctica del palo chico y cuatro que competimos".
l Torneos. "En noviembre del año pasado fuimos invitados de manera personal a un torneo de palos grandes en Punta del Este, y fuimos con el nombre de fantasía de San Francisco Club. Había jugadores de Uruguay, Brasil, Argentina, clasificamos la primera instancia y después perdimos porque estamos muy lejos de jugar a un nivel de elite".
"Además fuimos dos veces a Olavarría y Santa Rosa La Pampa, Catamarca donde fui sexto y en diciembre en Lincoln salí campeón. Y este año fuimos nuevamente a Lincoln y Santa Rosa. En palos grandes, en 2022 jugamos en Venado Tuerto, Santa Fe y en Uruguay".
l Legado. "Mi famila es bochófila, somos del Club Vélez Sarsfield. Mi papá fue dirigente de la Asociación y juez internacional y tengo mi hermano Jorge ya fallecido quien disputó el primer mundial de bochas en Suiza en el '82 y recibió el premio Olimpia".
"Jugué hasta el '87 en categoría infantil donde fui subcampeón argentino pero cuando llegó la adolescencia empezaron las salidas nocturnas y no tuve la constancia de jugar los domingos. Bueno, como el bowling era algo parecido por las bochas me enganché con este deporte".
l Su pasión. "Si bien no es un deporte que exija tanta preparación física, lo puede jugar cualquiera, a mí me despeja mucho la cabeza, entonces cuando puedo ir a un torneo es como salir de vacaciones. Realmente me apasiona, hace años que lo vengo practicando ininterrumpidamente".
l Camaradería. "Hacemos un deporte donde se vive una confraternidad muy linda, sin egoísmos, si hasta sucede que el que juega mejor que vos te trata de enseñar para que mejores, hay mucha camaradería. Por ejemplo, cuando alguien hace una marca a través de un "strike" o medio "strike", le tiende la mano al otro como transmitiéndole la misma suerte. En verdad uno compite contra la pista".
l Anhelado proyecto. "Es un deporte olímpico, y por lo tanto mi idea es poder llevarlo a un club de la ciudad o la región. Quizás en un emprendimiento mixto, si la entidad facilita el espacio físico, nosotros pondríamos la parte económica que faltaría para montar las pistas, hasta podríamos dar clases a los interesados. Ojalá pudiéramos concretar un proyecto de esa magnitud".