¡Qué tiempos aquellos!
Daniel Beltramo y Jorge Toriano evocaron dos hechos históricos que les tocó compartir en San Isidro, el descenso de 2003 en Tucumán y el regreso a la segunda categoría del básquet nacional conseguido en nuestra ciudad en 2011.
De caer al "infierno" retornaron al "paraíso" deportivamente hablando. Padecieron la angustia y el dolor de la pérdida de categoría como tiempo después disfrutaron de la alegría y el gozo de alcanzar el ascenso y devolver a San Isidro al segundo escalón del básquetbol nacional.
Imborrables momentos para aquellos que ya peinan canas y de los cuales fuimos testigos presenciales por nuestra tarea periodística.
El penoso descenso en el "Jardín de la República" ante Tucumán BB el viernes 25 de abril de 2003 en el quinto capítulo de la serie (68- 75) como así también la no menos dramática ascensión el viernes 13 de mayo de 2011 frente Alma Juniors en el suplementario 69-63 (61) del quinto partido en el estadio "Luis Ferreyra".
Circunstancias diametralmente opuestas que a ellos les tocaron compartir en primera persona y que recordaron tras el convite de LA VOZ DE SAN JUSTO. Uno, continúa con su tarea profesional dirigiendo en la ciudad, el otro, colgó las zapatillas y hoy atiende junto a su esposa una conocida farmacia ubicada en boulevar Sáenz Peña.
El entrenador Daniel Beltramo y el ex base Jorge Toriano evocaron esos momentos históricos vividos en una institución que los marcó a fuego y de la que son parte de su rico historial basquetbolístico.
-¿Cómo definirían el descenso de 2003?
-El descenso de 2003 significó muchísimo y de mucha tristeza porque me sentía muy identificado con el proyecto. Para mí no descendía un equipo, sino descendía un proyecto del club, un proyecto personal. A San Isidro siempre lo tomé como un proyecto no como un equipo, para mi era proyectar mi vida y lo que pretendía.
Ese descenso fue la culminación de siete años espectaculares en el club y la verdad que sentía que se me venía el mundo abajo y que no tenía más respuestas para dar, fue muy triste. Te repito, para mí se derrumbaba un proyecto del club y de vida como he visto pocos. (Beltramo)
-El descenso es la mancha más fea que me pasó en mi carrera, había sido un año muy duro en todo aspecto, un equipo que entrenó muchísimo pese a las adversidades, muchas lesiones, problemas económicos. Un equipo que estuvo a un partido de entrar al TNA1 y después terminó peleando el descenso en la serie con Tucumán BB y descendiendo, sobre todo porque pasó acá en mi ciudad, en San Isidro. (Toriano)
-¿Qué recuerdos le quedaron de aquella serie con Tucumán BB?
-Tengo recuerdos lindos y feos, pero sin dudas que me quedo con dos imágenes, primero la agresión que sufrimos en Tucumán, sobre todo la que padeció nuestro presidente Ricardo Chialvo, una situación horrible, y la imagen del vestuario final, tremendo, haber perdido tras ir ganando todo el partido, los chicos destrozados y ver tanto sentimiento genuino herido, fue muy duro.
Pero lo lindo fue mantener vínculos con las personas que estuvieron dentro de ese vestuario, recordarlo como que humanamente se trató de una experiencia importante porque no hubo ningún tipo de conflicto o rencores entre los protagonistas sino todo lo contrario. Con la mayoría de esos chicos mantenemos un vínculo y seguimos recordando eso como que dimos todo, eso está claro, pero no se pudo lograr. (Beltramo)
-Más allá de la lógica tristeza, me acuerdo que ganamos el primer juego allá cuando nunca habíamos podido ganar de visitante, después ganamos el tercero acá pero no lo pudimos definir en el cuarto, una serie muy pareja, todos los partidos muy duros y tuvimos que ir a un quinto juego con todo lo duro que significaba jugar de visitante en Tucumán y por el descenso. Fuimos ganando todo el partido y se nos terminó escapando. (Toriano)
-¿Qué significó lograr el ascenso en 2011, poder devolver el club al TNA?
-Lograr el ascenso y devolver el club al TNA la verdad que fue una satisfacción doble, porque sentía que le habíamos quitado al club y a la ciudad un proyecto muy importante y estábamos dándole otro proyecto.
Porque no hay que olvidarse que los clubes le dan la oportunidad a un montón de jugadores de la ciudad y la zona, que muchas veces uno de eso se olvida. Que el equipo ascendiera al TNA y respetando la idea pura del sistema de juego que quería, respetando la idea del proyecto, fue una satisfacción enorme poner al club en el lugar donde se merecía. (Beltramo)
-¿Interiormente fue como suturar una vieja herida?
-Interiormente me pasó eso que expresé. No fue suturar una herida, sino fue esa satisfacción de decir que en ese momento no pudimos sostenerlo pero dimos todo y después volvimos a dar todo y logramos el ascenso.
Creemos que debemos entender que no hicimos las cosas tan mal cuando descendimos ni las hicimos tan bien cuando ganamos, son contextos que se dan. Bueno, el contexto cambió y tuve la oportunidad de volver a poner al club, a la ciudad y a un proyecto en el segundo nivel del básquet argentino. Porque lo más importante es entender eso, que con el equipo en el TNA se le está dando la posibilidad a un montón de gente de educarse, a formarse como persona, como jugador y si no existe eso es más difícil. (Beltramo)
-Para mí fue como suturar una vieja herida, si bien el club ya estaba en otra situación, se trabaja diferente, era otra época también. Deportivamente por suerte el lugar que habíamos perdido en aquella serie lo volvimos a recuperar en la Liga B de ese año. Fue un desahogo muy grande. (Toriano)
-¿Y qué recuerdan de aquella serie con Alma Juniors?
-El recuerdo es durísimo porque la serie fue un "parto", cinco partidos durísimos y terminamos ganando con lo justo en suplementario, como son todas las finales, pero más allá del recuerdo de la final, tengo el de toda la temporada donde para mí tuve el mejor equipo junto con el del Provincial del año anterior en los que pude plasmar mi idea de juego.
Jugábamos de una manera única y pasamos por arriba a todos los rivales, fuimos un gran equipo. Y siempre tengo la satisfacción de contar que en ese equipo hacíamos cambios masivos, los cinco que estaban jugando los sacábamos y poníamos otros cinco para sostener la intensidad y eso lo logramos gracias al convencimiento de los jugadores, de que lo más importante era la idea, se entendió que no había individualidades importantes sino una gran intensidad colectiva. (Beltramo)
-El primer recuerdo que tengo es lo que me costó volver a jugar después de una lesión a principios de los play off, parecía una lesión mínima y terminó siendo más complicada y la desesperación por querer llegar a la final para jugarla.
Después lo dura que fue la serie, ganamos los dos de local y perdimos los otros en Esperanza y qué decir del quinto, un partido muy chivo, con poco goleo y encima ganándolo en suplementario. Se sufrió el doble pero se disfrutó mucho más. (Toriano)
-¿Qué significó San Isidro en sus vidas deportivas?
-San Isidro en mi vida deportiva y personal es un antes y un después. Todo lo que soy profesionalmente se lo debo a mi paso por San Isidro. Llegué al club el 17 de marzo del año 1997 y me fui en el 2015, y puedo decir que lo que siempre soñé como entrenador lo plasmé en el club, lo que siempre pregoné que un equipo debía hacer dentro de la cancha lo logré en San Isidro.
Eso no lo voy a olvidar jamás porque después fue muy difícil encontrarse en otros clubes y que te dieran esa libertad que tuve en San Isidro para trabajar. En San Isidro pude plasmar mi obra, está ahí, todo el mundo la conoce, sabe lo que le di al club, pero fundamentalmente nosotros sin los clubes, sin los dirigentes que hacen el esfuerzo no somos nada ni podemos hacer nada. Te repito, en mi vida, San Isidro es un antes y un después. (Beltramo)
-En muchos clubes que jugué tuve la suerte de repetir un año más o dos, pero en Unión de Sunchales lo hice por cinco y en San Isidro que llegué a los seis aunque no fueron consecutivos fueron los que más me marcaron.
San Isidro me marcó por dos cosas, una por ser el club de la ciudad, donde está tu gente, tu familia, amigos y otra por haber vivido tantas tristezas y alegrías. (Toriano)
-¿En el año del centenario cuál es el deseo para con el club?
-Mi deseo es que siempre tenga claro hacia dónde quiere ir, nunca se aparte de la idea de trabajar a largo plazo, los clubes siempre tienen que atacar ambos frentes: el presente y el futuro.
San Isidro es un club que está acostumbrado a trabajar a largo plazo, lo hizo durante muchos años, solamente espero que no se aparte de ahí, tengo un hijo ahí dentro dando sus primeros pasos en este deporte, le agradezco al club todo lo que le da, pero mi deseo es que siga creciendo siempre con ideas claras y enarbolando siempre un proyecto, pienso que las instituciones son más importantes que cualquier persona y las ideas son las que sostienen a las instituciones y fundamentalmente le dan proyección.
San Isidro no tiene techo, tiene dirigentes muy capaces, solamente espero que no se aparten de una idea clara que el club siempre tuvo. (Beltramo)
-Mi deseo es que el club no deje de crecer, que se sigan haciendo las cosas como se está haciendo ahora, viene creciendo muchísimo en los últimos años, lo importante no es detenerse. Y en cuanto a los logros deportivos seguramente ya vendrán. (Toriano)