“Terminé muy caliente y frustrado”
El experimentado base Martín Müller contó sus sensaciones después que San Isidro cerró su participación en la Liga Argentina sin poder ingresar a los play off.
Los "Halcones Rojos" aún están tratando de asimilar que la temporada 2017/2018 de la Liga Argentina, para ellos, ya se terminó. El equipo de Pagura terminó 13º en la Conferencia Norte, se salvó de jugar la permanencia, pero no pudo ingresar a jugar los play off, pero eso uno de los hombres más experimentados del plantel de San Isidro, Martín Müller, visitó LA VOZ DE SAN JUSTO y admitió que por esta situación quedó "caliente y frustrado".
El armador de 32 años, que en 40 partidos con 26,3 minutos de promedio por juego, tuvo estos números: 7,5 puntos, 3,1 asistencias y 3,4 rebotes por juego, 43,3% en dobles, 32,7% en triples y 68% en tiros libres.
Müller hizo un balance de la temporada que acaba de concluir para el "Santo" de calle Corrientes dejando las siguientes impresiones.
- ¿Qué sensación te quedó después de perder contra Oberá TC?
- Apenas terminó el partido estaba muy caliente y frustrado por el tema de nuevamente haber perdido un partido que teníamos controlado en gran parte del juego, y haberlo cerrado mal. Este último tiempo, al sentir la presión de necesitar ganar como sea para evitar tener que jugar un play out la verdad que nos tenía a todos bastante tensionados y nos llevó a cerrar varios partidos mal, como contra Mitre, Echagüe y Oberá. Son puntos que el equipo podría haber logrado y me quedó la bronca de que las cosas podrían haber pasado por otro lado, no supimos capitalizar la parte buena que hicimos. Ya con los resultados puestos, me quedó una sensación amarga porque estuvimos a pocos segundos de jugar los play off, instancia en la que le podríamos haber dado pelea a cualquiera.
- Se les escaparon varios triunfos sobre el final, tanto de local y como de visitante...
- La verdad que sí, hubo varios juegos en los cuales el equipo jugó bien. De visitante recuerdo partidos en los que estuvimos cerca como ante Unión de Santa Fe o Ameghino de Villa María, encuentros que quizás que con otra mentalidad o una situación más armónica podríamos haber definido mejor. En los cierres de los partidos siempre quedó en evidencia que el equipo estaba en una situación límite. Hubo muchos encuentros que San Isidro hizo bien las cosas durante el desarrollo, pero no pudimos coronar esos rendimientos con una victoria. Hoy me queda un sabor a poco, porque ni siquiera pudimos jugar los play off.
- ¿Considerás que tuvieron mala suerte en el tema lesiones?
- El tema de las lesiones es algo que no se puede controlar ni prever. Lo que si es una realidad es que sufrimos dos lesiones importantes en jugadores que eran pilares para nuestro equipo (Santiago González y Felipe Pais). Cuando un jugador se queda afuera de una cierta cantidad de partidos es una cosa porque lo podés maquillar de alguna manera, pero cuando esos jugadores son importantes y los perdés para toda la temporada es otra cosa. A partir de esa situación, comenzamos a ser un equipo que se tenía que reinventar todo el tiempo, porque además los norteamericanos tampoco encajaban y algunos jugadores tuvimos que desempeñarnos en varias posiciones para disimular la escasa rotación que teníamos. Hoy tengo la tranquilidad que hicimos todo lo que tuvimos a nuestro alcance para que las cosas nos salgan bien. Hubo mucho profesionalismo y un grupo humano comprometido con la causa, para ir para arriba, pero bueno no se dio. Después de perder con Oberá en el vestuario había una desilusión muy grande, ya que si hubiéramos entrado a los play off nos enfrentábamos a Talleres de Tafí Viejo, rival al que le ganamos allá y acá.
- En el plano personal, ¿cómo te sentiste a lo largo de la temporada?
- Como te dije anteriormente, el equipo arrancó la temporada de una manera y terminó de otra, totalmente distinta. Por eso todos los jugadores tuvimos que hacer un esfuerzo extra o dar un plus para suplantar lo que nos faltaba. Tuvimos una escasa rotación en gran parte del torneo y por ahí eso llevó a que los más veteranos tengamos que salir a dar la cara e intentar que los juveniles se apoyen en nosotros. En ese aspecto, me sentí muy cómodo para tratar ser la figura del equipo en cuanto al empuje y el positivismo, es algo que me sale de forma natural. Después, basquetbolísticamente tuve épocas buenas y en otra mi rendimiento no fue el mejor. Pero en líneas generales, estoy tranquilo ya que no me guardé nada y di todo lo que tenía.