Un agónico primer festejo
Sportivo pudo golear pero falló en los últimos metros y recién pudo celebrar en tiempo adicional. Venció a Gimnasia de Concepción del Uruguay por 2 a 1. Müller y Capellino marcaron los goles.
Pintaba para un debut radiante como la tarde. Con el transcurrir de los minutos comenzó a aparecer un rictus amargo que se esfumó cuando el agónico gol de Nicolás Capellino permitió festejar el primer triunfo "verde" en este nuevo Federal A.
Variadas y contrapuestas imágenes dejó Sportivo en el atractivo partido que le ganó a Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay por 2 a 1. Presión asfixiante sobre la salida del adversario, permanentes cambios de posiciones que generaron espacios en ofensiva, juego atildado, salida clara desde el fondo y generación de numerosas situaciones de gol. Pero también, abuso de la posesión en determinados pasajes, algunos retrocesos mal ejecutados y, fundamentalmente, incapacidad para definir un partido en el que pudo haber goleado pero que terminó aliviado gracias a una conquista agónica.
Después de un comienzo titubeante, en los que predominaron las imprecisiones en las entregas, Sportivo dispuso de dos herramientas esenciales para pasar a prevalecer en las acciones. Cuando no tuvo la pelota, exhibió actitud en la presión en tres cuartos y cuando se hizo del balón, mostró una movilidad constante en ofensiva con estocadas profundas que hicieron daño casi siempre. El primer argumento impidió que el Gimnasia entrerriano pudiese generar juego desde su campo. El segundo fue determinante. Porque los constantes cambios de posición de los jugadores "verdes" sumieron en la confusión al rival.
Pérez y Nievas Escobar fueron salida siempre. No se podía adivinar por qué sector del campo podían aparecer gracias a su despliegue. Francia se retrasó para lanzar sus precisas habilitaciones, Aróstegui hizo lo mismo para generar espacios que aprovecharon Triverio y Müller, acompañados de las permanentes proyecciones de Chaves y Ponce.
Entonces, las aproximaciones al marco de Góngora no se hicieron esperar: Triverio recibió de Francia, con un lujo desairó a Torres pero remató afuera; Aróstegui recibió en el corazón del área, la paró de pecho pero se quedó sin recorrido para angular el disparo y el arquero desbarató la situación; Chaves ensayó una diagonal que terminó en el área chica y no pudo definir.
Fueron presagios del golazo de David Müller. Una sucesión de toques desde la derecha al medio que derivó en un pase preciso de Pérez para el ingreso franco del sanfrancisqueño, quien se llenó el empeine derecho, sacó una volea estupenda e hizo estéril el vuelo fotográfico de Góngora.
Gimnasia no encontró casi nunca la forma de contrarrestar el mejor juego "verde". Sólo las apariciones de Robles en ofensiva trajeron alguna preocupación a Rodríguez y Zbrun. Para peor, Griego se ganó la roja por una acción temeraria contra Triverio.
Los entrerrianos ya no podían resistir mucho más. Sin embargo, Sportivo de manera inexplicable comenzó a tocar y tocar, lateralizó y dejó de preocupar a la defensa rival. Además, ese viejo estratega que se llama Carlos Roldán mostró sus mañas, mandó a avisarle a su arquero que fingiese un dolor en su pierna y aprovechó el parate para reordenar a su equipo. Así, consiguió "desinflar" la excelente tarea colectiva de Sportivo durante al menos 20 minutos de aquel primer tiempo.
Recién en el final
Sportivo no modificó sustancialmente su actitud luego de la reanudación. Siguió teniendo la posesión, dispuso de amplios espacios para jugar y llegó con fluidez hasta el área de la tribuna norte. Allí apareció el otro déficit: el de la definición. Dispuso de casi una decena de ocasiones netas para marcar, pero defeccionó en la última acción. Nievas Escobar no se animó a definir desde buena posición Aróstegui perdió con Góngora de nuevo luego de una medida asistencia de Francia, Triverio desbordó cuando se lo propuso pero no encontró camisetas verdes para sus centros.
Es tan vieja esa ley del fútbol que se venía venir. Cuando fallas en el arco contrario, lo sufrís en el propio. Gimnasia avisó con el ingreso franco de Ferreyra por la izquierda que obligó a un achique excelente de Portigliatti. Pero Benítez aprovechó una serie de rebotes en el área y envió el balón a la red cuando se llegaba a la media hora del complemento. Es más, pudo desnivelar cuando Luciano Leguizamón se acordó que es jugador de primera división y llegó hasta la última instancia con amagos reveladores de su calidad aunque no pudo definir cómodo.
Una sensación amarga recorría el Boero cuando se extinguía el partido. No era fácil de explicar el empate. Lo visto en el campo de juego desmentía al resultado. Por fortuna para los de Giaccone, el último centro de Triverio halló lo que buscó toda la tarde. Ubicó a la camiseta verde número 17 de Nicolás Capellino, quien entrando por el segundo palo se encargó de poner agónica justicia para algarabía de la parcialidad sanfrancisqueña y para comenzar de la mejor manera esta nueva aventura futbolística en el Federal A.